A unas horas de que se cumplan 3 años de la partida de aquellos entrañables amigos, compañeros y guardabosques, desde este lugar rendimos un modesto pero sincero homenaje a quienes supieron vivir -y morir-, por la protección y conservación de la vida silvestre, los recursos naturales y su derecho a existir con nosotros, sin nosotros o a pesar de nosotros.
CIUDAAC rinde pues un reconocimiento a estos cuatro compañeros caídos en el cumplimiento de su deber, pues fue tal su entusiasmo y entrega, que hasta en el tiempo libre que les quedaba, aun así salían a hacer vigilancia.
Que su ejemplo se repita en todos y cada uno de los ciudadanos que, desde distintos oficios, empleos, quehaceres y trincheras, tienen también la vocación personal de hacer algo por la defensa de la Madre Tierra contra las mas ingratas de sus criaturas, la raza humana.
Rindo honores...
- A Miriam Limón Díaz de León “Aura”, de quien poco tiempo tuve el privilegio de su amistad, pero a quien trate lo suficiente para apreciar en su valía, la participación de la mujer como guardabosque, hoy restringida, donde ella sirvió como voluntaria.
- A Gustavo Eduardo Valdés Romo “Panda”; el de la sonrisa imborrable, la broma oportuna y la risa alegre; al que siempre supo regalarnos lo mejor de si, con sus palabras de aliento, sus ocurrencias y su buena cocina de monte en aquellos campamentos que jamás habremos de volver a disfrutar.
- A Jaime Hernández Esquivel “Ganso”, de quien puede decirse con justicia, que fue el último guardabosque. En los días de mi maestría, cuando nos ayudaste, se te impuso tu nombre de guerra, al arrestar a cazadores furtivos en el tanque de “
- A mi entrañable y querido amigo Carlos Alberto Muñoz Molina “Chaman”, por quien conocí a “Tatewari” (el Abuelo Fuego), a “Yurienaka” (
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